He aquí un ensayo de crítica literaria y artística que va más allá de su propio marco, que acaba constituyendo una exploración paciente, precisa y atormentada de todo lo que sale al encuentro del hombre de hoy por el simple hecho de existir "algo como el arte y la literatura": descenso hacia las profundidades, aproximación a la oscuridad, experiencia de la soledad y de la muerte. Se trata de un dominio en el que todo es tenebroso e incierto, pues el artista, como Orgeo, debe descender hasta ese punto hacia el cual parecen tender el arte, el deseo, el espacio y la noche. Pero éste no es un libro dogmático; es una experiencia ampliamente desarrollada, cuya forma, movimiento y unidad son tan importantes como las afirmaciones que en él se reflejan. Blanchot analiza la obra y la experiencia de Mallarmé, Hölderlin, Rilke y Kafka, por citar sólo estos nombres, conduciendo lentamente su investigación hacia lo que él llama su "centro", es decir, ese centro que se va desplazando según cuáles sean la presión ejercida por el propio libro y las circunstancias de su composición. Un centro que se mueve constantemente y a la vez sigue siendo el mismo, haciéndose cada vez más central, más escondido, más incierto y más imperioso. Un centro, en fin, que convierte este libro aparentemente fragmentario en una rigurosísima meditación sobre la conducta creadora.