Basándose en la sabiduría espiritual de san Francisco de Asís y guiados por el papa Francisco -quien prologa la obra-, los autores de El placer por el cambio dan respuestas para una coexistencia armoniosa entre la humanidad y el planeta Tierra.
A través del sentimiento de comunidad y el sentido de justicia social, abordan la urgente necesidad de hacer frente a la degradación del medio ambiente, el derecho a un trabajo digno, la creciente desigualdad y una forma de existencia más simple y significativa. El ecologismo, la búsqueda de una vida buena y la filosofía de la alimentación están presentes en estas páginas en forma de conmovedora llamada a la acción. Su objetivo es claro: proyectar un futuro sostenible y justo, en el que los principios del slow food y la vida consciente contribuyan al bienestar de las personas y del planeta.
«Este libro ha generado en mí una sensación de esperanza, de autenticidad, de futuro». Papa Francisco
Gaël Giraud y Carlo Petrini son dos intelectuales y activistas con trayectorias, biografías y trayectorias de vida muy diferentes. Por un lado, el culto economista jesuita, experto en temas ambientales y profesor de la Universidad de Georgetown en Washington. Por el otro, el ex agnóstico de 1968, gastrónomo conocido en todo el mundo. Por un lado, el inventor de la fórmula de la "transición ecológica" que inspiró la "Laudato Si'" del Papa Francisco; por otro, el creador de una marca planetaria de sostenibilidad como Slow Food y de la red global Terra Madre en nombre del buen comer y el buen vivir. Dos figuras clave de nuestra contemporaneidad capaces de conjugarse de manera sorprendente en el diseño de un futuro nuevo, pero posible y al alcance de todos. La transición hacia una sociedad más justa y cohesionada no es básicamente nada imposible, Giraud y Petrini están de acuerdo. Y sobre todo, no se basa en sacrificios ni privaciones. Lejos de ello, la historia confronta a las generaciones contemporáneas con la posibilidad de llenar nuestras vidas de justicia, sentido y felicidad. Sería injusto no captarlo, en primer lugar hacia nosotros mismos en el doble sentido de individuos y miembros de una comunidad más amplia. Y, sobre todo, nos haría más infelices a nosotros, a nuestros hijos ya las generaciones venideras. Este texto es básicamente un llamado sincero a la acción común. Hay dos puntos de partida: cómo elegimos alimentarnos, cómo elegimos comportarnos dentro del sistema económico y financiero, que, enseñan Giraud y Petrini, son las caras especulares de una misma moneda. Y quizás de la misma revolución cultural y social que lleva el nombre de transición ecológica.