Cara Breedon iba a tener que enfrentarse al mayor reto de su carrera: convencer a Wyatt McCauley, un soltero insoportable, de que se dejara subastar en una obra benéfica. Por el momento, Cara había intentado todos los trucos que conocía, pero no había conseguido que Wyatt McCauley aceptase.
Sin embargo, con todas sus gestiones, había logrado algo que nunca hubiera imaginado: Wyatt se sentía atraído por ella y, como quería volver a verla, estaba dispuesto a acceder a participar en la subasta. Pero Wyatt tenía sus propios recursos... pensaba pujar en nombre de Cara con una oferta exorbitante de modo que ella ganara el premio: ¡un fin de semana con él!