La cicatrización de las heridas es una adaptación evolutiva fundamental con dos vías posibles: la formación de cicatrices o la regeneración reparadora. Las cicatrices participan en la formación de la barrera con el entorno externo y en el restablecimiento de la homeostasis de los tejidos lesionados, pero se sabe que representan sustituciones disfuncionales. En cambio, la regeneración reparadora es un programa específico de un tejido que replica casi perfectamente lo que se ha perdido o dańado. El objetivo de este trabajo es verificar la similitud y la diferencia entre este proceso desde un enfoque evolutivo, así como la evolución de algunos factores implicados en el desarrollo del cáncer. En todos estos procesos, conservados genéticamente o no, hay un tipo determinado de programa (finalista o afinalista) con mensajes de inicio, pero también una parada cuando se alcanza el objetivo (regeneración).Es evidente que la capacidad de regeneración en la forma adulta es reducida en algunos vertebrados superiores como el ser humano y esto parece estar relacionado con la introducción de la inmunidad adaptativa, así como la introducción de una estructura rígida como el esqueleto óseo parece requerir menos capacidad de regeneración en este organismo metazoo más avanzado (factor inibitor).
M. Luisetto, Dottore in Filosofia, Vicepresidente Onorario IMA Accademia Internazionale Mariinskaya, ramo scienze naturali, Farmacologo applicato.Latyshev O. Yu.,membro corrispondente di Intern. Professore dell'Accademia delle scienze psicologiche (IAPS) alla Cypress University e dell'Accademia russa di storia naturale, presidente dell'Accademia IMA.