En la escuela, los companeros de Amadis despedian olores de jalea, chocolate, cocada, chicloso y cereza, mientras que la maestra y el director olian a chayote, pure de papa, carne molida, alcaparras y esparragos. Las clases se suspendieron porque unos a otros se empezaron a comer. Afortunadamente, ese dia Amadis, no tenia nada de hambre.