En esta obra utilizamos la expresión ''tradición hermética'' en el sentido concreto que recibió durante la Edad Media y el Renacimiento. No se trata del antiguo culto egipcio y helénico de Hermes, ni tampoco sólo de las doctrinas incluidas en los textos alejandrinos del llamado Corpus Hermeticum. En este sentido, el hermetismo está íntimamente relacionado con la tradición alquímica. La tradición hermético-alquímica es precisamente el objeto de nuestro estudio. En él tratamos de precisar el sentido real y el espíritu de una enseñanza secreta, de naturaleza sapiencial pero al mismo tiempo práctica y operativa, que se ha transmitido con grandes caracteres de uniformidad desde los griegos y, a través de los árabes, hasta textos y autores que llegan a los mismos umbrales de los tiempos modernos.
Por lo que se refiere a la alquimia, ya en la introducción se pone de manifiesto el error de los historiadores de la ciencia, algunos de los cuales quisieran reducirla a una mera química en estado infantil y mitológico. Contra esta idea se levantan todas las exhortaciones explícitas de los autores herméticos más renombrados a que no nos engañemos al tomar sus palabras al pie de la letra, porque todas ellas estén pronunciadas en un lenguaje cifrado y expresadas mediante símbolos y alegorías. Estos mismos autores han insistido hasta la saciedad en que ''el objeto de nuestro precioso arte es desconocido''; en que las operaciones a que aluden no se realizan con las manos; en que sus ''elementos'' son invisibles y no aquellos que todo el mundo conoce.