La historia de una institución cívica, como la Respetable Logia Luz del Meridiano de Juana Díaz, Puerto Rico, es una encomienda que requiere dedicación profunda y tenacidad para la investigación y análisis de los documentos conservados. Ya, próximos a cumplir su centenario de vida odfélica, obliga al lector, a utilizar su recamara mental para captar en su memoria las privaciones que surgen al estar en contacto con las vivencias de aquellos forjadores de la sociedad que formaba a esta causa odfélica. La unidad de propósitos afines con la filosofía y metas de esta gloriosa y baluarte institución, ha contribuido a perpetuar su existencia. Siendo nuestro pueblo, en sus comienzos, muy pequeño era común que los ciudadanos desde su temprana juventud tuviera el ferviente deseo de encontrar un remanso de paz y armonía para compartir sus sueños y esperanzas. Como integrante de un pueblo amante de sus tradiciones y respetuoso de los que crearon lo que al presente disfrutamos y protegemos, es mandatorio honrar su permanencia en nuestra, actualmente, ciudad juanadina. Fueron aquellos ilustres artesanos que con sus mentes meridianas comprendieron el compromiso de convertirse en voceros de lo que significa el concepto de hermandad. Sus cualidades de hombre con fervor cristiano, motivados por el apacible amor al servicio y al bien de los integrantes de la ciudad fue el horizonte que siempre se aspiró. Hoy, como ayer, siguen presentes en nuestras relaciones como hermanos los principios de confraternidad que sembraron todos los que nos precedieron. Continuamos con aquel derrotero que trazaron, como el que cultiva la tierra fértil, con la firme esperanza con su existencia sea el orgullo cívico de una ciudad en continuo crecimiento. Sus integrantes sabiendo de su obligación patriótica exhortan a la ciudadanía a preservar este tesoro como un modelo de lo que significa la perseverancia de proteger este legado de nuestros Hermanos Fundadores del Odfelismo. Justo Luis Pérez Morell Noble Grande